Formación Profesional

Mis viajes me han enseñado muchísimo sobre mí mismo, así como sobre los seres humanos. Gracias a las muchas experiencias y aventuras que he vivido, a mis estancias en templos zen y budistas, a las muchas personas que he conocido, a los enfados, las alegrías, las expectativas, las sorpresas, los altos, los bajos, los amores, por fin encontré mi camino: quería ser terapeuta y ayudar a las personas de mi entorno a germinar esta semilla que llevan nuestros cuerpos. Nutrirla, regarla, ayudarla a crecer, porque, como una planta, se marchitará si no la cuidamos, si no la acunamos con amor, ternura y compasión.

Estoy firmemente convencido de que es sirviendo a los demás que te encuentras a ti mismo. De hecho, la etimología de la palabra terapeuta significa «Siervo de Dios», o «Alguien que cuida».

Con este objetivo empecé a complementar mis conocimientos teóricos, adquiridos empíricamente a través de mis viajes, mi intuición y mi observación, con cursos de formación para acercarme a mi meta. Primero en Chile, luego en Cataluña.

Tras volver a mis raíces en África y viajar por Asia, Europa, Sudamérica y Europa del Este, llegué a Barcelona, donde vivo desde 2016.